Quienes se han propuesto iniciar un nuevo proyecto de negocio en 2018, deben asesorarse sobre cuál es la mejor manera de iniciarlo ¿Como autónomo?, ¿cómo sociedad civil o mercantil? La decisión hay que meditarla caso por caso, teniendo en cuenta los riesgos del negocio, la situación personal del emprendedor y el dinero con el que inicialmente cuente para ponerlo en marcha.
En nuestra opinión, si se trata de una actividad económica, habitual, personal, propia y sin más profesionales involucrados, la decisión es bastante clara y la forma recomendada debe ser la de empresario individual o autónomo, teniendo en cuenta además las novedades y tarifa plana que entran en vigor en este año 2018.
Si el nuevo proyecto se inicia conjuntamente con otras personas, decisión dependerá, entre otras cosas, (i) del número de socios, (ii) de si habrá socios que no trabajen en el proyecto y se limiten a poner capital o (iii) de la cifra que se tiene previsto invertir. En este caso, debemos valorar la constitución de una Comunidad de Bienes o Sociedad civil, como alianza entre socios- trabajadores autónomos cuya constitución tiene pocas formalidades, tramites y costes o, en su caso, la constitución o por una sociedad mercantil, inicialmente una sociedad limitada, que tendrá personalidad jurídica propia diferente a la de los socios, pero cuya creación supone gastos notariales y registrales además del capital inicial.
Por regla general lo menos arriesgado es comenzar el proyecto como trabajador autónomo para más adelante, si existe un crecimiento del negocio, constituir una sociedad mercantil.
¿Pero, qué diferencias existen en cuanto a las responsabilidades personales del emprendedor por las deudas del negocio en cada una de las opciones anteriores? No hay duda que actuar como autónomo supone responder de forma total de esas deudas, incluso con el patrimonio familiar (si estás casado en gananciales). En caso de ser socio de una sociedad mercantil, la responsabilidad se limita al capital aportado.
Cada proyecto merece un estudio sencillo pero determinante para comenzar el año nuevo y los nuevos retos con la mayor seguridad jurídica que sea posible.